18 agosto, 2013

Radicales Libres


Los radicales libres son moléculas inestables y altamente reactivas que han perdido un electrón (partícula de carga negativa). Para recuperarlo y retornar a su estabilidad, lo remueven de otras moléculas que están a su alrededor. La molécula atacada se convierte entonces en un radical libre y de esta manera se inicia una reacción en cadena que dañará muchas células y puede ser indefinida no ocurre una intervención oportuna.


Proceden de los procesos normales del organismo como el metabolismo de los alimentos, la respiración y el ejercicio. Algunos elementos medioambientales como la polución industrial, el tabaco, la radiación, los medicamentos, los aditivos químicos en los alimentos procesados y los pesticidas crean radicales libres. Las células del sistema inmunológico crean radicales libres para matar bacterias y virus, lo cual es beneficioso siempre y cuando exista un control que proteja las células sanas.

Toman electrones de los lípidos y proteínas de la membrana celular, que al ser dañada, no podrá cumplir sus funciones como el intercambio de nutrientes y la limpieza de materiales de deshecho, haciendo imposible el proceso de regeneración y reproducción celular. También interfieren con la reproducción celular al atacar su ADN o material genético pudiendo dar lugar a la aparición de tumores benignos o cáncer pues las células pierden la capacidad de controlar su crecimiento y multiplicación. 

Se asocian al envejecimiento, trastornos cardiovasculares, disminución del impulso nervioso, alteraciones de la memoria y el aprendizaje, disminución de la irrigación sanguínea, cáncer, colitis ulcerativa, fallo renal crónico, entre otros. Su control está dado por los antioxidantes, sustancias que inhiben y bloquean el daño a los tejidos y sus consecuencias. 

Algunos antioxidantes son producidos naturalmente por el organismo, otros son obtenidos en la dieta y otros son consumidos en forma de medicamentos. Dentro de los antioxidantes que podemos obtener en la dieta se encuentran las vitaminas A, E y C, el selenio, la albúmina, los carotenos (pigmentos que dan color a las frutas y vegetales), el zinc, el cobre, el hierro, el magnesio. Las frutas que fueron cosechadas hasta su maduración se encuentran gran cantidad de flavonoides, carotenoides, licopenes, zantinas, índoles y luteínas, todos con una potente acción antioxidante. También son antioxidantes los flavenoides que se encuentran en las frutas y vegetales, el vino, el germen de trigo y el té verde.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué opinas de esto?