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09 septiembre, 2013

Alcohol y Embarazo


Cuando una mujer embarazada bebe alcohol, éste pasa al torrente sanguíneo y atraviesa la placenta. Si una madre embarazada se toma un vaso de vino, el bebé se toma varios vasos pues la concentración de alcohol en la sangre del feto es mayor que la alcanzada por la madre. El alcohol se descompone más lentamente en el cuerpo del feto y permanece elevado más tiempo en su sangre, dañando sus órganos inmaduros y en proceso de formación. 

La presencia de alcohol puede alterar la nutrición de los tejidos y órganos fetales y puede dañar las células cerebrales. Durante el primer trimestre actúa como un tóxico que altera el desarrollo embrionario de los tejidos. En el tercer trimestre, cuando el feto está teniendo un rápido crecimiento y desarrollo neurológico, puede producir un trastorno del desarrollo intelectual.

Tomar alcohol durante el embarazo SIEMPRE afectará al feto. La cantidad que se bebe es tan importante como la frecuencia con la cual se bebe. Incluso si usted no bebe con frecuencia, tomar una gran cantidad una vez es especialmente dañino para el bebé. No existe un nivel seguro de ingesta de alcohol durante el embarazo, pero está claro que a mayor cantidad consuma, mayor será el daño. 

Las mujeres que toman cantidades moderadas de alcohol pueden presentar complicaciones como aborto espontaneo, parto prematuro, muerte súbita del lactante y parálisis cerebral en su bebé. 

En los casos más serios, se produce un daño irreversible y permanente como es el caso del síndrome del alcoholismo fetal que consiste en un grupo de defectos congénitos que se encuentran en niños nacidos de madres que toman demasiado alcohol. Los síntomas pueden abarcar: problemas de comportamiento y atención, anomalías cardíacas, cambios en la forma de la cara, crecimiento deficiente antes y después del parto, problemas con el movimiento y el equilibrio, retraso mental, tono muscular deficiente, problemas con el pensamiento, trastornos del habla y problemas de aprendizaje.


19 agosto, 2013

Fumar en el Embarazo


¿Eres mujer? ¿Fumas? ¿Estás embarazada? Si tu respuesta a las tres preguntas es sí, tenemos un problema. Quizá piensas que uno o dos cigarrillos al día no son nocivos. Es cierto que a mayor consumo peores consecuencias, pero no hay un nivel seguro de consumo de tabaco durante el embarazo. Cuando fumas, el feto se expone a más de 4,000 sustancias dañinas, incluyendo el monóxido de carbono, que afectan su crecimiento y desarrollo.

Fumar disminuye la circulación sanguínea placentaria, reduciendo considerablemente el suministro de oxígeno y nutrientes al feto. También se altera el desarrollo pulmonar y aumenta la frecuencia cardíaca fetal. Si eres fumadora pasiva, porque son otros quienes te exponen continuamente al humo del cigarrillo, las consecuencias son las mismas:
• Malformaciones congénitas como labio leporino, paladar hendido y malformaciones cardíacas.
• Síndrome de abstinencia a la nicotina al nacer, que se manifiesta con gran irritabilidad.
• Síndrome de muerte súbita del lactante
• Mayor riesgo de presentar asma e infecciones respiratorias como otitis, bronquitis y neumonía
• Mayor recurrencia de hospitalizaciones
• Bajo peso al nacer
• Daño cerebral que puede manifestarse posteriormente como retraso del desarrollo, retardo mental, trastornos conductuales o trastornos de aprendizaje
• Patologías obstétricas como desprendimiento de placenta, placenta previa, embarazo ectópico, ruptura prematura de membrana, aborto, parto prematuro o mortinato (bebé que nace muerto).
• Predisposición genética para el futuro tabaquismo del niño
• En la lactancia, la nicotina disminuye la producción de leche, produce inquietud, insomnio, vómito, diarreas, succión débil, apneas, y debilidad del lactante.
• Los hijos de madres que fumaron durante el embarazo tienen un riesgo mayor de padecer en el futuro ciertos tipos de cáncer, como los de riñones y vejiga.

18 agosto, 2013

Toxoplasmosis

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa causada por el parásito Toxoplasma gondii. La mayoría de las personas infectadas son asintomáticas, lo que se detecta de forma casual a través de algún análisis de rutina. Sin embargo, puede causar problemas serios en personas con sistemas inmunológicos debilitados y bebés de madres que contrajeron la infección durante el embarazo. Los problemas pueden incluir lesiones en el cerebro, los ojos y otros órganos y la muerte intrauterina.




Por ser el huésped final del parásito, mayormente se atribuye la transmisión al gato. No obstante, otros animales pueden servir de fuente para la infección incluyendo palomas, aves de corral, cerdos, ovejas, vacas y ratas. Otras formas de contagio incluyen: contacto con excrementos de un gato infectado, ingerir carne contaminada que esté cruda o poco cocida, eso de utensilios o tablas de cortar que estuvieron en contacto con carne cruda, beber agua infectada, recibir un trasplante de órganos o una transfusión de sangre infectados.