11 junio, 2014

Atragantamiento: ¿Qué hacer?

El atragantamiento es la obstrucción accidental de las vías aéreas superiores por un cuerpo extraño, partícula, objeto o alimento, que puede dar lugar a la muerte por asfixia de no corregirse inmediatamente, siendo cruciales los primeros 4 minutos. Los principales objetos asociados a atragantamiento son: semillas, frutos secos, juguetes pequeños, partes de juguetes, objetos de pequeño tamaño, goma de mascar, plástico, canicas, trozos de carne y elementos similares.

Para tratarlo deben tomarse las siguientes medidas:
  1. Si la obstrucción es parcial, debe estimularse al paciente a toser para que elimine por sí solo el cuerpo extraño.
  2. Colocarse detrás de la víctima, inclinarla un poco hacia delante, soportándole con una mano a nivel del tórax. Con la base de la palma de la otra mano, golpear la espalda de abajo hacia arriba entre los omóplatos unas 5 o más veces, hasta cerciorarse de que ha salido el objeto.
  3.  En caso de obstrucción total con la víctima consciente, se realiza la Maniobra de Heimlich a través de los siguientes pasos:
    • Colocarse de pie detrás de la víctima.
    • Rodear su cintura con los brazos, de manera que el puño cerrado de la mano derecha quede en la parte superior del abdomen, a nivel de la boca del estómago, donde se unen las costillas y la mano izquierda quede agarrando el puño derecho, de modo que los brazos de quien brinda la ayuda rodeen completamente al atragantado. En el caso de los niños mayores de un año, el puño se coloca sobre el ombligo del niño, con el pulgar hacia el abdomen.

    • Comprimir brusca y fuertemente el abdomen hacia arriba con ambos brazos.
    • Soltar y repetir las veces que sea necesario hasta que el cuerpo extraño sea expulsado o la víctima pierda el conocimiento. (Ver video)
    • En menores de un año, se coloca al lactante boca abajo sobre el brazo, apoyándolo sobre la rodilla de manera que su cabeza quede más baja que el cuerpo y se golpea 5 veces en la espalda con la palma de la mano libre. Con esa misma mano se voltea, se apoya en ese brazo  y  con dos dedos de la mano libre, se comprime el tórax 5 veces. Se revisa la boca para localizar el cuerpo extraño y se retira con los dedos índice y pulgar. (Ver vídeo)
    • Si la persona está sola, puede realizar la maniobra, clavar o posicionar el peso del cuerpo en el respaldo de una silla, de esta forma la presión dentro del pecho es incrementada rápidamente, forzando al objeto a salir fuera de la vía respiratoria.
   4. Si el paciente pierde el conocimiento:
    • Colóquelo en una superficie dura, boca arriba, con la espalda en posición recta y sosteniéndole firmemente la cabeza y el cuello. Abra la boca de la persona con los dedos pulgar e índice, colocando el pulgar sobre la lengua y el índice por debajo de la barbilla Levante la barbilla de la persona mientras inclina la cabeza hacia atrás para evitar que la lengua obstruya su tráquea.
    •  Si el objeto está suelto y a la vista, se debe proceder a sacarlo. Si la persona es mayor de 8 años, deslice dos dedos de un lado a otro de la garganta para intentar extraer el objeto. Si no puede verlo, no trate de sacarlo pues puede empujarlo aún más.
    • Si el objeto no es visible, coloque las manos firmemente, una sobre la otra, sobre el abdomen del paciente y haga fuerte compresión varias veces hasta que el objeto salga.
    • Si el objeto sale pero la persona no tiene pulso, comience a administrar la reanimación cardiopulmonar con compresiones cardíacas. Si no hay ningún objeto visible, inicie la RCP.
Para prevenir el atragantamiento coma lentamente, mastique bien los alimentos, no tome demasiado alcohol antes o durante la comida, no introducir objetos en la boca, mantener los objetos pequeños fuera del alcance de los niños de corta edad y constatar que sus prótesis dentales estén bien ajustadas.

01 junio, 2014

¿Para qué sirve el hígado?

El hígado es la víscera más voluminosa del organismo. Es considerado un órgano vital pues sus funciones son imprescindibles para la vida y su ausencia o daño permanente puede llevar a la muerte. Dentro de sus múltiples y variadas funciones se encuentran:

·         Producción de bilis para la digestión de alimentos y grasas.
·         Producción de albúmina y otras proteínas responsables del transporte sanguíneo de nutrientes y sustancias a todas las células del cuerpo.
·         Filtro que procesa y remueve de la sangre toxinas, medicamentos, químicos, alcohol, drogas y otros elementos que puedan ser nocivos para la salud.
·         Producción de factores de coagulación que evitan la pérdida sanguínea al detener las hemorragias
·         Metabolismo de los carbohidratos y lípidos.
·         Producción de colesterol, utilizado en la producción de hormonas y otras funciones corporales
·         Depósito de sustancias como el glucógeno (reserva energética del organismo) y algunos micronutrientes y vitaminas liposolubles.
·         Producción de glóbulos rojos en el embrión durante el primer trimestre de embarazo.


Es muy importante cuidarlo evitando enfermedades como las hepatitis A, B y C, disminuyendo o evitando el consumo de alcohol, evitando el uso de sustancias tóxicas, no fumando, no abusando de los medicamentos o fármacos y llevando un estilo de vida saludable que incluya dieta balanceada y ejercicios. 

21 marzo, 2014

Síndrome de Down

El síndrome de Down o Trisomía 21 es un trastorno genético causado por la presencia de un cromosoma 21 extra. Debe su nombre al médico británico John Langdon Haydon Down, quien en 1866 fue el primero en describir las características clínicas que tenía en común un grupo concreto de personas, pero no pudo determinar su causa. En julio de 1958, un joven investigador llamado Jérôme Lejeune descubrió que en todos los casos existía un cromosoma 21 adicional, contando los pacientes con 47 cromosomas en lugar de los 46 habituales.

Su incidencia global se aproxima a uno de cada 700 nacimientos (15/10.000), aumentando el riesgo a medida que lo hace la edad materna. La incidencia en madres de 15-29 años es de 1 por cada 1,500 nacidos vivos; en madres de 30-34 años es de 1 por cada 800; en madres de 35-39 años es de 1 por cada 385; en madres de 40-44 años es de 1 por cada 106; en madres de 45 años es de 1 por cada 30.


Se caracteriza por un grado variable de discapacidad cognitiva, hipotonía muscular generalizada que dificulta el aprendizaje motriz, retardo en el crecimiento y rasgos físicos característicos que incluyen: perfil facial y occipital planos, hendiduras palpebrales oblicuas, raíz nasal deprimida, pliegues epicánticos (pliegue de piel en el canto interno de los ojos), cuello corto y ancho con exceso de pliegue nucal, dientes pequeños, crecimiento recurvado hacia el dedo anular, pliegue palmar único y separación entre el primer y segundo dedo del pie.

En algunos casos, los rasgos físicos y la disfunción cognitiva no son tan marcados, pero en otros existen complicaciones adicionales que implican alteraciones oculares, intestinales, auditivas, tiroideas y esqueléticas. Una gran proporción de los pacientes presenta problemas cardíacos. Tienen más riesgo de desarrollar leucemia y diabetes que la población general.  Su esperanza de vida depende de las complicaciones asociadas, siendo en promedio de unos 50 a 60 años en los más saludables.


Aunque es una condición incurable, como la mayoría de las enfermedades genéticas, los pacientes con síndrome de Down pueden  beneficiarse de terapia física, educacional, ocupacional y del lenguaje para adquirir habilidades que les permitan cierto grado de independencia y desarrollo personal.  El 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down como una manera de romper las barreras que impone la discriminación y aumentar la sensibilidad hacia estas personas. 


07 febrero, 2014

Somos Agua


El agua es el componente esencial y más importante de todos los tejidos corporales. Constituye alrededor del 55-65% del peso corporal de un individuo promedio, lo cual varía de acuerdo al sexo, la edad, la masa muscular y la proporción de grasa de nuestro organismo, siendo mayor en niños y menor en mujeres y personas obesas. La mayor parte se encuentra en el interior de las células.

Interviene en todas las reacciones metabólicas, en la digestión, la absorción de nutrientes, la eliminación de desechos, la circulación sanguínea (siendo un componente fundamental de la sangre), el transporte de sustancias, el mantenimiento de la temperatura corporal, la producción de secreciones y sustancias diversas,  el mantenimiento de la constancia física y química de los líquidos corporales, entre otros procesos esenciales para la supervivencia.

El volumen habitual de ingreso de agua en una persona promedio, que se hidrate adecuadamente, es de unos 2,300 ml al día. El cuerpo la obtiene principalmente de la ingestión de líquidos, de preferencia en su forma natural. Sin embargo, también la encontramos en diferente cantidad en los alimentos, principalmente en frutas y verduras. Otra fuente de agua es el metabolismo de los nutrientes por parte del organismo para obtener energía.

Perdemos agua por diferentes vías. La más importante es la vía urinaria, seguida de la piel con la transpiración. También perdemos agua en las heces y la respiración. La pérdida diaria de líquidos varía de acuerdo al clima, la actividad física o la condición de salud. Un individuo sano, a temperatura normal, pierde alrededor de 2,300 ml, manteniendo así el equilibrio. Sin embargo, si se está en un clima cálido o se hace ejercicio prolongado pueden perderse unos 3,300 o 6,600 ml, respectivamente. En el caso de quemaduras y enfermedades febriles, diarreicas o respiratorias, la pérdida puede ser aún mayor de acuerdo al grado o intensidad de la enfermedad.

La pérdida de un 10% de agua corporal ocasiona trastornos graves que implican: sed intensa, malestar, pérdida del apetito, diminución de volumen sanguíneo con la consiguiente alteración de la circulación, alteración en el rendimiento físico ameritando un mayor esfuerzo, dificultad para concentrarse, dificultad para regular la temperatura corporal, debilidad, pérdida del conocimiento, dificultad respiratoria, espasmos musculares, delirio, insomnio y falla renal. La pérdida del 20% de agua en el organismo puede ocasionar la muerte.

Un organismo sano no almacena agua, por lo que la cantidad que perdemos cada 24 horas debe ser restituida para mantener la salud y el adecuado funcionamiento del organismo. En circunstancias normales, se requiere unos 35 ml/kg de peso en los adultos, 50-60 ml/kg de peso en niños y 150 ml/kg de peso en lactantes. Lo que se traduce en alrededor de 2.5 litros de agua al día en un adulto promedio.


Aunque la sed suele ser el mejor indicador de que debemos hidratarnos, hay que tomar en cuenta que los lactantes, atletas, enfermos y ancianos suelen tener disminuido este reflejo, así como estar en un clima frío nos produce menos sed. Algunas personas pueden creer que tienen hambre cuando realmente lo que su cuerpo necesita es agua. Esto se atribuye a la resistencia de muchos a beber líquidos y al hecho de que también los alimentos son fuente de líquidos.

Lo importante es crear hábitos de vida saludables que impliquen el consumo regular de agua, sintamos sed o no. De esta manera conservamos la salud y evitamos enfermedades.