Aunque es más frecuente en negros, caribeños
e hispanos, cualquier persona puede padecerla sin manifestar ninguna molestia o
síntoma asociado. No obstante, obedece a alteraciones metabólicas. Es considerada un signo predictor de la inminencia del desarrollo de
diabetes, ya que refleja un incremento
de insulina en sangre y la resistencia del organismo a la misma. Esto activa o
estimula a ciertos receptores celulares que promueven la proliferación de
células de la piel.
Se asocia comúnmente a sobrepeso, obesidad, ovario poliquístico, síndrome
metabólico, anticonceptivos orales. No se debe a problemas de higiene personal
ni se elimina con el lavado intenso de la zona afectada.
No conlleva un tratamiento específico pues desaparece cuando se corrige el
trastorno de base. Algunas recomendaciones son: caminar diariamente 30 minutos
o más, disminuir grasas y azúcares, evitar harinas y comida rápida, comer más
frutas y vegetales y lograr un peso adecuado.
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