17 septiembre, 2011

¿CÓMO SOBREPONERSE A LA MUERTE?

La muerte se define como el cese total e irreversible de todas las funciones vitales, pero para el ser humano significa mucho más.  Es un misterio que no logramos comprender,  una enemiga que arrebata de nuestro lado a aquellos a quienes amamos, muchas veces de forma injusta, trágica e inesperada; otras veces después de una larga enfermedad. Es algo a lo que tememos y que genera suficiente dolor como para que nos neguemos a aceptarla aunque sepamos que irremediablemente, tarde o temprano, directa o indirectamente, hará acto de presencia en nuestras vidas.

El conjunto de sentimientos de aflicción, tristeza y desesperanza que acompaña a la muerte de un ser querido se conoce como duelo.  Existen muchas maneras de vivir el duelo de acuerdo a la cultura, creencias, fe, valores y las experiencias de la persona que ha vivido la pérdida. Sin embargo, podemos diferenciar algunas etapas comunes para la mayoría de las personas.

La reacción inicial es de shock y llanto. La persona trata de negar la realidad de la muerte por el intenso dolor que le genera, permaneciendo estupefacta e impactada. Luego viene la culpa. Nos cuestionamos acerca de lo que hicimos o dejamos de hacer o de nuestra responsabilidad en lo sucedido. A esto sigue la hostilidad o ira hacia los que creemos culpables, incluyendo a Dios, hacia nosotros mismos por la que creemos nuestra responsabilidad y hacia el difunto por irse y dejarnos con tanto dolor. Nos sentimos abandonados y solos.  Después podemos experimentar una incapacidad para regresar a las actividades cotidianas, acompañada de sentimientos de soledad y depresión. Gradualmente vuelve la esperanza y finalmente la persona lucha por adaptarse a la realidad y superar la adversidad reestructurando su vida.

Algunas recomendaciones para superar el duelo adecuadamente son:
  • Desahóguese, deje fluir sus sentimientos y no trate de impedir a otros que lo hagan. No es inconformidad ni falta de fe dar rienda suelta a su dolor. Recuerde que Jesús lloró cuando supo de la muerte de Lázaro, aún a sabiendas de que le resucitaría.
  • No se culpabilice por aquellas cosas que no son su responsabilidad. Recuerde que no podemos cambiar el pasado y que muchas cosas que suceden a nuestro alrededor escapan de nuestro control.
  • Entienda que los sentimientos de ira, frustración, tristeza y ansiedad que siente son normales y que los superará.
  • No se aísle. Es normal que queramos estar solos. Sin embargo, el apoyo social que proporcionan los amigos, familiares, compañeros y miembros de un grupo, iglesia o comunidad es vital para superar el duelo.
  • Trate de volver a la cotidianidad tan pronto le sea posible. Esto no significa que sea insensible ni hará que deje de estar triste, pero le ayudará a sobrellevar mejor la pena.
  • Sepa que le tomará tiempo recuperarse. Esto no ocurre de la noche a la mañana.
  • Reorganice su vida, tome decisiones, trate de adaptarse a los cambios y asuma que la vida continúa y usted también debe continuar.


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